LA SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA TRINIDAD: SOLIDARIDAD
LA SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA TRINIDAD: SOLIDARIDAD Basado en las Lecturas del domingo 27 de mayo
Un colega y yo estábamos matando el tiempo en el aeropuerto de Yakarta hasta que al fin pudimos abordar nuestro vuelo de regreso a los Estados Unidos. En 1998, este aeropuerto de Indonesia tenía muy poco que ofrecer, algunas tiendas, un par de restaurantes familiares, y como era temprano en la mañana, la mayoría de estos estaban cerrados. Entramos en el restaurante que estaba abierto, pero no encontramos a nadie atendiendo. Todos estaban en la parte de atrás amontonados alrededor de una pequeña y vieja televisión en blanco y negro viendo el campeonato final de basquetbol entre los Chicago Bulls-Utah Jazz NBA; Michael Jordan era universalmente adorado.
En un momento de solidaridad, dos hombres blancos y una familia de indonesios agonizaron cuando los Bulls enfrentaron un déficit tardío y aplaudieron cuando Jordan los llevó a una victoria de un punto y al campeonato. Los ocho gritamos y nos abrazamos en un momento de solidaridad global, unidos por un momento emocionante y por un ícono compartido.
En este momento, la verdadera pregunta era, "¿quién no es nuestro vecino?"
El 27 de mayo es la celebración de la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Nuestro entendimiento de la Santísima Trinidad nos introduce al principio católico de la solidaridad. En Laudato Si, el Papa Francisco nos recuerda que “Todo está conectado, y eso nos invita a madurar una espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad” (240).
Sí, somos los guardianes de nuestros hermanos y hermanas, pero más que una obligación, es una invitación a vivir solidaria y compasivamente con nuestros vecinos.
La solidaridad se trata de vivir en unidad el uno con el otro. No podemos ser solidarios si vivimos en solitario.
La solidaridad se trata de vivir como iguales el uno con el otro. No podemos ser solidarios el uno con el otro mientras pensamos que somos "mejores" que ellos.
La solidaridad se trata de permanecer unidos mientras reconocemos nuestra diversidad y la apreciamos.
En el evangelio de hoy, Jesús dijo a sus discípulos: "Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo existieron, no separadamente, sino interdependientes entre sí. En unidad a pesar de su diversidad.
Thomas Merton escribió que, " la idea de la compasión se basa en la profunda concientización de la interdependencia de todos estos seres vivos, los cuales son parte el uno del otro y los cuales están involucrados entre si”.
Durante una hora, en un día de junio, en la parte trasera de un restaurante indonesio, me encontré a mí mismo profundamente consciente de nuestras conexiones compartidas.